Comunicado de prensa sobre el macroinvernadero de tomate Valdegovía

Desde hace 4 años estamos escuchando noticias sobre la instalación de un invernadero que ocupará unas 20 hectáreas, unos 20 campos de fútbol, sobre tierras de cultivo en el municipio de Valdegovía, Álava, para producir tomates.

La iniciativa procede de la empresa “Cultivos Araba”, cuyo principal accionista es Hispalus, ubicada de Almería y con experiencia en la comercialización de tomate, y que cuenta como socio a Barrenetxe, una cooperativa de hortelanos de Bizkaia.

El proyecto parece que tendría éxito porque Eroski parece dispuesto a vender todos los tomates que produjese. Además, lo vendería como “producto local”, que últimamente es el mejor slogan para vender un alimento.

Este invernadero no es solo de unas dimensiones extraordinarias, sino que se gestionaría empleando las últimas tecnologías. Las raíces de la planta no estarían en el suelo sino en un saco, y mediante un sistema de goteo se aportaría el agua y nutrientes que necesita la planta.

Esta fertilización se realizaría mediante un programa de ordenador para controlar que cada planta recibiese los nutrientes adecuados. Un programa informático también controlaría la ventilación y la calefacción del invernadero para tratar de crear las condiciones adecuadas de luz y temperatura.

La idea es producir tomate durante todo el año, de forma que durante muchos meses al año habría que calentar las instalaciones mediante unos quemadores de gas. Se trata de un tipo de invernadero distinto a los que suele haber en Almería, y similar a los que hay en países fríos como Holanda, construidos de acero y cristal, y de unos 6 mts de altura.

Las instituciones públicas apoyaron desde el principio este proyecto pensando que si es un macroproyecto y si emplea tecnología moderna tenía que ser bueno. Además, como el empresario decía que crearía más de 150 puestos de trabajo con unos sueldos dignos, 14 euros la hora, se pensaba que sería un trabajo atractivo que solucionaría el problema de desempleo que existe en la comarca.

El Gobierno Vasco aportó 659.435 euros en marzo 2021 para construir el invernadero, la Diputación de Álava concedió 100.000 euros en noviembre de 2021 para que la formación especializada de las personas a emplear fuera gratis, y Álava Agencia de Desarrollo de la Diputación otros 319.309 euros en marzo 2022 para acondicionar los accesos por carretera al invernadero. En total, se ha destinado 1,1 millones de euros de dinero público a este proyecto.

Las obras de la primera fase del proyecto comenzaron en julio de 2021 construyendo un invernadero de 5 hectáreas y, a día de hoy, está casi concluido. Paralelamente, en noviembre de 2021, se inició el primero de los tres cursos de formación. Se decía que, como la mayoría de quienes hacían los cursos eran jóvenes y del entorno, que este invernadero iba a solucionar el desempleo y a dinamizar el municipio.

El objetivo era empezar a plantar el tomate en junio de 2022 para recoger la primera cosecha en septiembre de 2022.
Pero el 15 de junio de 2022, Radio Vitoria informa de varios cambios importantes en este proyecto (https://www.eitb.eus/es/nahieran/radio/radio-vitoria/araba-gaur-mediodia/detalle/8879663/ ) como:

-el retraso entre 6 y 12 meses de la inauguración del invernadero o de la posibilidad de que no
llegue a abrirse debido al alto precio de la luz, el gas y el agua,

-que las tareas de almacenamiento y empaquetado del tomate se desplazarían a Irún, y

-que los sueldos de 1.500 euros brutos al mes en un horario de lunes a viernes se iban a sustituir por un salario por temporada con unas condiciones laborales peores.

Ante estos cambios en el proyecto, el Movimiento por la Alimentación Sostenible quiere manifestar:

-que esta iniciativa ha generado una gran decepción y malestar entre la población de la comarca al ver que se desvanece la posibilidad de encontrar el buen empleo que habían prometido el empresario y las instituciones,

-este macroinvernadero nunca ha sido un buen proyecto para hacer frente al desempleo en el municipio. Por una parte, porque ofrecía empleos para las personas más jóvenes, pero el 56% de las personas desempleadas en Valdegovía tiene más de 45 años. Por otra parte, porque el que hubiese muchos jóvenes de la comarca haciendo el curso no significaba que iban a ser contratados al terminar el curso.

-si este proyecto no logra crear los 150 empleos o no abona un salario de 14 euros la hora tal como se comprometió el empresario, las instituciones deben reclamar a la empresa las subvenciones concedidas,

-estos macroproyectos son gigantes con pies de barro porque son muy dependientes al tener que comprar muchos insumos para su funcionamiento. Parece que ha sido el encarecimiento del gas, de la electricidad o del agua lo que hace dudar de la viabilidad económica de este macroinvernadero, pero podría haber sido por el aumento en el precio de otros muchos insumos como el de los fertilizantes o los pesticidas.

-estos modelos de producción agraria que son tan dependientes de la energía, pertenecen a una etapa superada por mucho que vengan acompañados de “alta tecnología” que les hace parecer muy modernos. Hoy en día, el auténtico progreso viene de la mano de proyectos que consumen menos energía y que emiten menos gases de efecto invernadero. ¿ Tiene sentido un invernadero que va a estar muchos meses al año quemando gas para calentar las instalaciones ?, ¿ no es más razonable dejar de comer el tomate en los meses fríos, cuando no es su temporada ?. Las instituciones deberían reservar las subvencionados para aquellos modelos agroganaderos más inteligentes energéticamente.


-la creación de empleo en Valdegovía y su comarca debería basarse en otro modelo de Desarrollo Rural. Más que conceder una fuerte subvención a un empresario que gestiona su negocio a 900 kms de distancia para generar empleo de baja calidad y con personas de fuera del entorno, sería más adecuado fortalecer el tejido productivo ya existente y apoyar las nuevas iniciativas que surgen entre las personas que ya tienen arraigo en el territorio.

Vitoria-Gasteiz, a 21 de junio de 2022

El “Movimiento por la Alimentación Sostenible” está formado por las siguientes asociaciones: BioAlai, Bionekazaritza, Asociación alavesa de la manzana y la sidra, EHkolektiboa, Ekoizpen Orduña, Ekologistak martxan Araba, Feria agroecológica
en el Campus de Alava, Justicia Alimentaria, y Red de semillas de Euskadi.